Como si de una partida de Trivial se tratase me atrevo ahora con el quesito de la historia. Y no se me ocurria mejor tema que los desconocidos almogábares. Evidentemente esta entrada tiene una dedicatoria especial, a todos aquellos que me han escuchado relatar, hablar y divagar con más o menos acierto sobre este increible capítulo de la historia de nuestro país. Vamos a la faena...

Entre los siglos XIII y XIV se constituyó una compañía más o menos libre (no pertenecían a ningún señor, ni eran levas) en el reino de Aragón conocidos como los almogábares. Respecto al nombre, claramente proviene del árabe y vendría a significar algo así como "el expedicionario". Parece ser que sus primeras participaciones bélicas ocurrieron durante la reconquista haciendo pequeñas incursiones en grupos reducidos sobre objetivos musulmanes. En aquella época en la entretierra se realizaban frecuentes expediciones o razzias por parte de uno u otro bando, para conseguir fundalmentalmente riquezas o dejar en su sitio a algún belicoso infante. España era algo así como Afganistán. Salvo por contadas grandes batallas (Alarcos, Las Navas de Tolosa, etc.) la reconquista consistía en algo así como una guerra de guerrillas realizadas por grupos reducidos y en comparación con otros paises europeos de la época, grupos muy especializados. En resumidas cuentas, nos encontramos frente a unos auténticos mercenarios, salvajes pero a la vez muy disciplinados. Hay que tener en cuenta en el éxito de los almogábares, a quienes se enfrentaban. No pensemos en una Edad Media negra, donde todo era guerra y muerte y los nobles y los vasallos se volvían locos por coger una espada. No, no eran muy diferentes a nosotros. Amaban la paz. Ningún noble le apetecía morir por un estúpido conflicto de fronteras y cuando se hacían las levas, ningún vasallo sabía sostener con acierto espada y escudo. Las guerras se ganaban por aplastamiento del ejercito más fuerte, y sin exponerse demasiado, pues a nadie le interesaba un conflicto enconado y menos enfrentarse a una compañía que estuviera dispuesta a morir sin ningún tipo de remordimientos frente al suicidio. Así, no es de extrañar que tuvieran tanto acierto en la batalla, aun siendo en su mayoría infantes con una lanza, un cuchillo largo y un pequeño escudo. El equipamiento no superaba el de un caballero con su hueste, pero sabían lo que hacían perfectamente.

La tropa estaba compuesta por aguerridos soldados de aragón, cataluña, valencia y baleares principalmente, sirviendo entre otros al rey de Aragón en sus batallas. Pero cuando acababa la reconquista y Aragón con la inercia del conquistador se dio cuenta de que se le quedaba pequeña la península, se encontró con dos problemas. Cómo seguir creciendo y qué hacer con los Almogábares. Pensemos ahora en una tropa de 15.000 soldados profesionales sin nada que hacer, salvo crear problemas dentro de las propias fronteras. La solución era fácil. Había que aprovechar a los almogábares una vez más, pero fuera de España. Y así entraron en Sicilia para poner en su sitio a al pretendiente al trono siciliano francés. De esta manera comenzó la expansión aragonesa por el mediterráneo. Primero fue Sicilia, Túnez, el sur de Italia. Pero claro, también se pacificó finalmente este frente. Y una vez más los almogábares se encontraron sin enemigos. El emperador bizantino Andrónico II Paleólogo tenía urgente necesidad de tropas para conjurar el peligro turco que avanzaba desde Asia Menor. Así se formó la Gran Compañía al frente de Roger de Flor contando con 7000 personas. Ya en tierras griegas se enfrentan primero a genoveses y despues a los turcos, saliendo victoriosos en ambas contiendas frente a enemigos muy superiores en número (incluso se habla de 40.000 turcos). Después de muchas victorias las intrigas palaciegas hacen que Roger de Flor sea asesinado, para de esta forma doblegar a los almogábares que ya eran temidos. Sin embargo, esto provoca una reacción inesperada. Los aragoneses arrasan a diestro y siniestro muchas ciudades bizantinas, matando a unos 26.000 soldados. Posteriormente son contratados por el Duque de Atenas (que era francés) para luchar contra los griegos. Pero una vez realizado el trabajo se les niega el pago, por lo que se enfrentan a su empleador, derrotándolo. Así reclaman para Aragón el Ducado de Atenas que se conservará hasta 1391. Durante este tiempo se crea una gran hueste en Francia para recuperar la posesión, que obviamente también es derrotada. Poco a poco, la falta de avituallamiento, la aclimatación a las costumbres de las tierras conquistadas y la posesión de territorios propios, hacen que la tropa se vaya desintegrando poco a poco hasta acabar difuminada en los territorios conquistados.

Quizás he sido un poco extenso, pero ni por asomo me acerco a la realidad de este fascinante episodio de la historia. Hablando con claridad nos encontramos con una panda de cabrones, brutos, salvajes, aguerridos, disciplinados, leales compeñeros, que son capaces de poner en jaque a la flor y nata de los ejercitos medievales. Una vez más la infantería disciplinada doblega a la caballería. El peon mata a la reina.
Como curiosidad antes de entrar en batalla hacían chocar sus escudos y armas con piedras, saltando chispas mientras gritaban Desperta Ferro!!!! (Despierta Hierro).